La bombona de butano ha sido la salvación para muchas familias que, desde la escalada de precios de la electricidad que comenzó en 2021, han visto mermado su poder adquisitivo y con él la capacidad para encender la calefacción o el calentador del agua.
Mientras que los precios de la electricidad han llegado a alcanzar los 300 MWh en varias ocasiones con el consiguiente aumento de la factura, los del butano se han mantenido más estables, aunque también alcanzaron su máximo histórico en junio de 2022 con una subida del 4,94%.
La semana pasada, los usuarios de la la bombona de butano recibieron una buena noticia que se extenderá, por lo menos hasta el próximo 17 de julio: el Gobierno aprobó una modificación histórica del precio de este compuesto el pasado 16 de mayo.
El truco para extender la duración de la bombona de butano
La empresa Repsol, una de las principales distribuidora de gas butano en España, aconseja cerrar la bombona o llave de suministro cuando no la estemos usando. Además, recomiendan situarla en zonas alejadas de fuentes, puertas o ventanas por donde se pueda escapara el calor y aislarlas correctamente.
En caso de utilizar la bombona para calentar agua, desde Repsol advierten que hay que evitar dejar el flujo abierto o tener goteos o fugas. Además, sugieren incorporar grifos reductores, aireadores o reguladores de la temperatura. En el caso de emplear el gas butano para la cocina, apuesta por adaptar el tamaño de la cocina al consumo de la vivienda; limpiar los quemadores para que el gas pueda fluir correctamente; elegir unos utensilios de cocina adaptados al tamaño de los quemadores y utilizar tapas para que no se escape el calor.
Además, existe un truco que muy pocas personas saben y que puede hacer que la vida de nuestra bombona de butano aumente mucho. Uno de los factores que más influyen en el consumo de este gas y que afecta mucho a su rendimiento es la combustión: si esta es mala, se malgastará mucho combustible, mientras que si es buena conseguiremos alargar la vida de la bombona.
Para saber si hay una buena o mala combustión tenemos que fijarnos en el color de la llama: el azul es un indicador de que todo va bien. Pero, si por el contrario, nos encontramos con un color rojo o anaranjado cuando encendemos la estufa, el calentador o los quemadores de la cocina, debemos contactar rápidamente con el técnico para solicitar una revisión.