En el marco de la III Cumbre birregional realizada en Bruselas, Bélgica, la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) reconocieron oficialmente a las Islas Malvinas como un territorio en disputa.
Se trata de la primera vez en la historia en que la UE toma nota de la posición histórica de la CELAC, basada en la importancia del diálogo y el respeto del Derecho internacional en la solución pacífica de controversias respecto a la soberanía sobre las Islas.
Según expresó Andrés Dachary, Secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales de la provincia, este hito “deja en blanco sobre negro el cada vez más palpable aislamiento británico en su política anacrónica del mantenimiento del colonialismo al tiempo que incumple con sus obligaciones internacionales”.
El funcionario provincial subrayó que en la Declaración se reconocen también dos ejes “pensados en clave Malvinas”: por una parte, se entiende al al ámbito geográfico de la CELAC como una Zona de Paz, “con lo cual es una denuncia tácita al proceso de militarización que está llevando adelante el Reino Unido”.
En segundo lugar, se reafirman los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas sobre la integridad territorial. “Es el máximo elemento que esgrima nuestro país en esta controversia soberana, donde el Reino Unido desde 1833 está rompiendo con nuestra integridad territorial, producto de la usurpación”, explicó Dachary.
El Secretario sostuvo que tanto el trabajo de la Cancillería argentina como un cambio de paradigma a nivel internacional sobre el colonialismo fueron factores determinantes para el cambio de posición de la UE.
“En el siglo XXI no hay lugar para el colonialismo: o se es colonialista o se lucha contra ella. Por otro lado el brexit, con la salida del reino unido de la UE que ha redefinido por completo el relacionamiento británico con el resto de los países europeos”, detalló.
Por último, Dachary consideró que una toma de postura a nivel bloque regional como esta, “propone un abanico infinito de posibilidades, no solamente en relación al vínculo con la UE sino con los distintos países que lo componen, donde se abre una nueva oportunidad de empezar a construir adhesiones de manera bilateral y avanzar con acciones concretas”.